A principios de este año empezamos búsqueda de jardines para nuestro hijo de 3 años, teníamos miedo y ansiedad porque él había crecido en pandemia y nunca había ido a sala cuna ni jardín. Llegamos al jardín Upita y desde el minuto uno nuestro hijo se sintió bienvenido y respetado. Nos sorprendimos gratamente con el amor y alegría que las tías y la directora le ponen al proyecto, se notaba que allí los niños eran muy felices y disfrutaban del espacio.
El proceso de adaptación al jardín fue en extremo respetuoso, nuestro hijo se adaptó bien y ahora disfruta enormemente ir al jardín todos los días.
Hasta ahora no he conocido un jardín tan amoroso y respetuoso con los procesos de los niños como éste. Realmente las tías han creado un hogar donde los niños van felices y rodeados de amor. No podría recomendar más el jardín Upita, y al grupo humano que lo hace posible💜