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Escuela de Padres

¿Desapareces y tu hijo no para de llorar?

¿Has escuchado hablar sobre la ansiedad por separación? ¿Sabes de qué se trata?

No logro separarme de mi hijo, sin que él llore de forma intensa

La pandemia, sin duda alguna, ha provocado que se nos dificulte separarnos de nuestros hijos, sobre todo, si estos son pequeños. Como nunca, nuestros hijos han estado a nuestro lado más tiempo que ninguna otra generación en muchos años. Si bien, esto no ha sido siempre por decisión familiar, la pandemia ha obligado a permanecer juntos en el encierro. Esto, no ha sido saludable desde el punto de vistade los padres, que hacemos malabares para desempeñar tres roles al menos: el de padres/cuidadores, dueños de casa y el de trabajador (este último, no espera y siempre acapara todo el tiempo para él).

Ahora que hemos tenido la posibilidad de retornar de forma presencial a nuestra sala cuna/jardín infantil para afrontar nuestros roles de forma más armónica, es decir, determinando un tiempo para el trabajo, otro para las labores domésticas y otro para descansar y compartir en familia (disfrutar de nuestros hijos), hemos tenido que enfrentar la separación con nuestros bebés, los cuales ya se habían habituado a vernos de forma permanente, y por tanto, cuando nos separamos, lloran sin parar.

¿Qué es la ansiedad por separación?

Lo primero que quiero decir, es que la ansiedad por separación es un hito normal en la primera infancia, sin embargo, podríamos presentar ansiedad por separación a distintas edades, dependiendo de lo que nos ocurra a nivel familiar (duelos, separaciones, alejamiento de familiares, entre otros) o personal. Podríamos ver su aparición normal entre los 6 y 8 meses de edad de nuestro bebé y se podría prolongar hasta los 5 años aproximadamente, teniendo fluctuaciones de aparición de síntomas durante este periodo.

Niño pequeño llorando

¿Qué señales podrían dar cuenta de estar viviendo este proceso?

  • Tu hijo manifiesta mayor necesidad de apego.
  • Llora de forma intensa si no te ve o no lo tienes en brazos, aun cuando sea por cortos periodos de tiempo.
  • Se resiste a dormir y solo lo hace si toma tu mano y te abraza.
  • Solo quiere estar contigo, no disfruta (llora y/o se muestra molesto) en brazos de familiares, amigos u otros.
  • Cuando llega a su sala cuna/jardín infantil llora de forma intensa al separarse de ti.

¿Cómo apoyar a nuestros hijos cuando presentan estos síntomas?

  1. Lo primero es comprender y aceptar que se trata de una etapa natural en la vida, que pasará a pesar de verse fuertemente influida por las cuarentenas y el encierro.
  2. Es importante compartir con tu pareja la participación en las diversas actividades que tengas con tu hijo (darle comida, bañarlo, sacarlo al parque, ir a dejar o buscar a la sala cuna/jardín infantil, dormirlo, entre otras) de esa forma diversificará el apego en más personas.
  3. Anticípalo: mucho antes de salir, incluso, si no lo haces, háblale hipotéticamente: “¿Te has fijado que cada vez que salgo, vuelvo? Los adultos siempre regresan”. Nunca recomiendo televisión o programas aun cuando sean educativos. Sin embargo, si tu hijo tiene acceso a ver TV, te recomiendo este corto de dibujos animados: Daniel Tigre, Los adultos regresan (dura 3 minutos) (https://www.youtube.com/watch?v=oi98LYEDhDI).
  4. Siempre que salgas, anticípaselo y convérsale sobre eso. Luego, cuando ya sea el minuto, despídete (pueden desarrollar un saludo único y lúdico entre ustedes), cuando regreses, recuérdale que has vuelto, tal como prometiste. Trata de separarte de forma paulatina, sal por cortos periodos y luego aumenta a periodos más largos hasta que no sea una dificultad.
  5. Con los más pequeños, puedes jugar a las escondidas para que se separen en periodos cortitos, también sirve jugar al teléfono (ese con vasos de yogur y lana) para hablar de una habitación a otra.

Recuerden que el mejor regalo para nuestros hijos es que ellos cuando estén sin nosotros tengan la seguridad de que ustedes siempre regresarán por ellos. Esto se gana con tiempo. La sala cuna y el jardín infantil, ayudan a trabajar todas estas habilidades de seguridad, autonomía y socialización poniendo énfasis en la particularidad de cada familia y cada niño. Por eso, nuestro proceso de adaptación considera en un primer momento la compañía y contención de uno de los dos padres (se pueden turnar), dado que es la mejor forma de ganar confianza y seguridad en el lugar, el cual, al poco tiempo, se transforma en un espacio afectivo y seguro.

Mg. Ps. Leslie Salgado Viñals

Directora Jardín Infantil Upita y Jardín Infantil Cangurito