A mitad del año 2018 tuvimos problemas con el jardín en que estaba nuestro hijo de 3 añitos, tuvimos que sacarlo de ahí y empezar la búsqueda de un nuevo jardín. Como papás estábamos muy tristes y desconfiados, hasta que llegamos a Upita. Desde el primer día nos recibieron de una manera muy acogedora, tanto a nosotros como padres, como a nuestro hijito. Encontramos un lugar con niñitos de diversas edades, nacionalidades e incluso con capacidades diferentes, así como tías muy comprometidas, cariñosas y profesionales. Nuestro hijo se adaptó rápidamente. Es un equipo muy bonito y organizado también, papás colaborativos y un entorno en el que vamos creciendo todos juntos. Fue volver a confiar, lo recomiendo absolutamente.